jueves, 2 de noviembre de 2017

Curiosidades cementerios


Imagen-Cementerio de la Almudena-Madrid

El primero de noviembre es por antonomasia el día del año en el que más personas acuden a los cementerios para llevar flores e ir a visitar a sus seres queridos fallecidos. Se realiza esta fecha debido a que es festiva (Día de Todos los Santos) aunque el Día de los Santos Difuntos es el día siguiente, 2 de noviembre.

A mi personalmente si tengo que ir a ver a mis seres queridos al cementerio, no espero un día señalado que lo indique el calendario, pero con esto no quiero decir que no respeto esta costumbre 


¿Por qué abundan los cipreses en los cementerios?



Desde época antigua ya se usan en estos lugares, debido a la creencia de que su forma estilizada y “puntiaguda” podía servir como una especie de conducto o antena para que el alma de los difuntos encontrase el camino hacia el cielo.

El motivo de que este vistoso, alto y frondoso árbol esté plantado en el ‘camposanto’, se debe a la longevidad del mismo, su hoja perenne y a no necesitar cuidado especial alguno. Soporta bien los cambios bruscos de temperatura y no varía en su forma y color (verde oscuro) y al crecer su raíz de manera vertical y recta hacia abajo, esta no crea los posibles estropicios que otro árbol ahí plantado causaría a las lápidas

También existe una leyenda encontramos el mito alrededor de Cipariso (cuya traducción es Ciprés), un joven que por error mató a su ciervo domesticado, siendo tan grande su dolor y pena que le pidió al dios Apolo que permitiera llorarlo eternamente, convirtiendo a Cipariso en un árbol (ciprés) y quedando, desde ese momento, relacionado este árbol con el duelo tras la pérdida de los seres queridos.

¿Cuál es el origen de la costumbre de poner flores a los muertos?


Hoy en día es costumbre llevar flores a los difuntos, ya sea a su tumba o a su velatorio, en señal de respeto y cariño, como una ofrenda en su memoria.

Pero el origen de esta costumbre nada tiene que ver con esto

En este caso debemos esta tradición al poder perfumador de las flores, pues los cadáveres de los difuntos eran expuestos o velados antes de ser enterrados durante varios días, entonces no existían las avanzadas técnicas de embalsamamiento y las que habían no estaban al alcance de todo el mundo, por lo que, los cuerpos (que solían estar expuestos a la intemperie), se descomponían y desprendían un desagradable olor, sobre todo en época de calor.

Lo cual aromatizaba el ambiente y hacía más agradable el acto de velar al difunto.

Se sabe que el origen se remonta a la antigüedad porque se han encontrado restos de coronas de flores en tumbas de hace más de 2.500 años incluyendo la tumba de Tutankhamon

¿Cuál es el origen del término sarcófago?


Conocemos como ‘sarcófago’ al sepulcro, normalmente realizado de obra y piedra, que es utilizado para dar sepultura a un cadáver (o varios).

El origen de dicha palabra lo encontramos en la unión de dos palabras griegas; por un lado “sarx”= carne, y por otro “phagein”=comer; lo que nos arroja un sorprendente resultado en forma de término, algo como ‘el que se come / el que devora la carne’.

Pero no os alarméis, pues este nombre era el que daban a la piedra con la que hacían estos elementos funerarios, una especie de piedra porosa que facilitaba la descomposición (y desaparición) de los cadáveres que en ella se depositaban.

¿Por qué antiguamente llamaban Necrópolis a los cementerios?


Antes de la llegada del cristianismo aquellos lugares destinados para dar sepultura a los fallecidos eran conocidos como ‘Necrópolis’, término que proviene del griego ‘nekrópolis’ y significa literalmente ‘ciudad de los muertos’ (necro: muerte, polis: ciudad).

Ante la creencia cristiana de que la muerte solo es un tránsito y, por tanto, al fallecer lo que se hacía era ‘dormir’ para posteriormente ‘resucitar’ se sustituyó el termino necrópolis por el de cementerio en la mayoría de culturas.






No hay comentarios:

Publicar un comentario