Es más chulo que un ocho
Cuando queremos destacar la altanería o prepotencia de una persona decimos que “es más chulo que un ocho”
La lógica a esta frase y entender el verdadero sentido es que se trata de una expresión muy castiza. Antiguamente en Madrid cuando aún había tranvías, era el tranvía número 8 el que llevaba a los chulapos y chulapas a la verbena en la festividad de San Isidro
Y cuando veían pasar esa línea número 8 repleto de “castizos”, enfatizaban el hecho de que no podía existir algo con más chulería que un tranvía repleto de “chulapos”
La lógica a esta frase y entender el verdadero sentido es que se trata de una expresión muy castiza. Antiguamente en Madrid cuando aún había tranvías, era el tranvía número 8 el que llevaba a los chulapos y chulapas a la verbena en la festividad de San Isidro
Y cuando veían pasar esa línea número 8 repleto de “castizos”, enfatizaban el hecho de que no podía existir algo con más chulería que un tranvía repleto de “chulapos”
A buenas horas mangas verdes
Se dice de todo lo que llega a destiempo, cuando ha pasado la oportunidad y resulta inútil su auxilio.
Se debe el origen de esta frase a que en tiempos de los cuadrilleros de la Santa Hermandad, creados por los Reyes Católicos, cuyo objetivo era mantener el orden y la paz, pero como casi nunca llegaban a tiempo para capturar a los malhechores, los delitos quedaban impunes.
Se debe el origen de esta frase a que en tiempos de los cuadrilleros de la Santa Hermandad, creados por los Reyes Católicos, cuyo objetivo era mantener el orden y la paz, pero como casi nunca llegaban a tiempo para capturar a los malhechores, los delitos quedaban impunes.
Sus miembros solían vestir con un uniforme que incluía una mangas largas y verdes así que la gente empezó a llamarles justo así, “mangas verdes”.
Y fue a raíz de eso que se comenzó a utilizar la frase “A buenas horas, mangas verdes”.
Y fue a raíz de eso que se comenzó a utilizar la frase “A buenas horas, mangas verdes”.
Montar un pollo/poyo
La forma original (y correcta) de la expresión es ‘montar un poyo’, y también se admite que se escriba ‘montar un pollo’ aunque la locución no se refiera al animal.
Se suele decir cuando se forma un escándalo, o desencadenar una discusión.
El origen de la popular locución el poyo (pollo) al que hace referencia es al podio o pequeña tribuna portátil (que tenía que ser montada) sobre las que se subían oradores que llegaban a una plaza pública y desde la que hablaban a los presentes.
Se suele decir cuando se forma un escándalo, o desencadenar una discusión.
El origen de la popular locución el poyo (pollo) al que hace referencia es al podio o pequeña tribuna portátil (que tenía que ser montada) sobre las que se subían oradores que llegaban a una plaza pública y desde la que hablaban a los presentes.
Derivado del latín podium, se denominaba de esta manera al podio o pedestal del que se valían algunos oradores en las plazas concurridas para pronunciar discursos que podían terminar en encendidas discusiones y polémicas.
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