sábado, 29 de agosto de 2020

Animalandia-11 (Animonadas y Mantis)

 


Animonadas




Mantis

Caballito del diablo, Santateresa, Muerte, Teresa, Mula del diablo, Tatadiós, Madre víbora, María García, son algunos de los nombres, unos triviales y otros espeluznantes, que recibe este terrible y fascinante insecto


Un insecto «asesino» con un nombre piadoso

El apelativo «Religiosa» que recibe esta especie del orden de los Mantodeos se debe a que cuando están inmóviles juntan sus patas delanteras de manera similar a como lo hacen con sus brazos algunas personas al rezar. Pero esa posición de como que estuviera orando es una trampa para camuflarse o disparar sus patas hacia adelante a increíble velocidad y capturar a su presa.

Artistas del camuflaje

Por si fueran poco su rapidez e instintos asesinos, las Mantis además son maestras de la cripsis. Esta es la capacidad que tienen algunos organismos de pasar inadvertidos, por ejemplo, manteniéndose inmóviles. También pueden moverse y sus depredadores creen que se trata de otra cosa.
La mantis que se camufla como una orquídea



Practican el canibalismo infantil

Después de quedar encinta y bien alimentada tras comerse a su macho, la hembra pone varias centenas de huevecillos. El índice de natalidad es alto, pero el de mortalidad infantil es espantoso, ya que tras nacer, las crías empiezan a comerse unas a otras

Escuadrón Mantis agresivo


Que se sepa, es la única especie animal con un solo oído y no lo tiene en la cabeza sino en el tórax.

Mi cabeza por algunas horas de sexo

Los machos Mantis son más pequeños que las hembras, pero siempre están dispuestos a arriesgar la cabeza por copular. Lo de perder la cabeza por amor no es una metáfora al modo en que la usamos entre los seres humanos. Después de un intenso apareamiento, que puede durar varias horas, a la hembra le da por comerse la cabeza de su pareja, desechando el resto del cuerpo. Imagen sobre este estremecedor acto sexual.


Tienen una capacidad única para ver en 3D

Cada uno de los dos ojos ve su alrededor desde una perspectiva ligeramente diferente. Las imágenes que percibe cada uno, se superponen en una sola en el cerebro.

Las pequeñas diferencias entre las dos imágenes permiten un cálculo instantáneo de la distancia y, por lo tanto, la percepción de profundidad.


Las mantis religiosas son capaces de girar su cabeza en 180 grados para observar su entorno.







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