Ponerse las botas
Hoy en día utilizamos la expresión ‘ponerse las botas’ para indicar que se ha comido mucho y en abundancia o como sinónimo de enriquecerse o aprovecharse de algo, también abundantemente.
El origen de la frase lo encontramos con el nacimiento de este tipo de calzado, antiguamente poseer botas hechas de piel solo estaba al alcance de las clases más ricas,(que iban provistos de sus botas y sus pies bien resguardados del frío y la suciedad del suelo, eran los que mejor comían y hacían los grandes negocios) de manera que tener botas siempre se relacionó con la abundancia.
El origen de la frase lo encontramos con el nacimiento de este tipo de calzado, antiguamente poseer botas hechas de piel solo estaba al alcance de las clases más ricas,(que iban provistos de sus botas y sus pies bien resguardados del frío y la suciedad del suelo, eran los que mejor comían y hacían los grandes negocios) de manera que tener botas siempre se relacionó con la abundancia.
Hacer la pelota
Cuando alguien adula en exceso a otra persona decimos que “es un pelota o hace la pelota”, pero no porque se parezca a un balón que bota y bota,
sino por algo totalmente diferente.
Su origen lo encontramos en la edad media, en España, a las prostitutas se les llamaba "pelotas" (porque pasaban por todas las manos). A sus chulos se les llamaba "pelotes". A las prostitutas se les obligaba a adular mucho a sus chulos. El chulo tiraba de elementos de márketing y les encargaba fidelizar clientes o lo que, traducido en este contexto, tratar de agradar lo máximo posible a esos ricachones, pues cuanto más contentos estuvieran éstos, más beneficios obtendrían ellas. Sería halagarles y camelarles para que volvieran a requerir sus servicios. De ahí quedó la expresión hacer la pelota.
Su origen lo encontramos en la edad media, en España, a las prostitutas se les llamaba "pelotas" (porque pasaban por todas las manos). A sus chulos se les llamaba "pelotes". A las prostitutas se les obligaba a adular mucho a sus chulos. El chulo tiraba de elementos de márketing y les encargaba fidelizar clientes o lo que, traducido en este contexto, tratar de agradar lo máximo posible a esos ricachones, pues cuanto más contentos estuvieran éstos, más beneficios obtendrían ellas. Sería halagarles y camelarles para que volvieran a requerir sus servicios. De ahí quedó la expresión hacer la pelota.
Ser un viejo verde
Se utiliza el término ‘viejo verde’ para describir a aquel hombre que siendo ya maduro o anciano persigue, piropea, coquetea o mira lujuriosamente a mujeres u hombres más jóvenes, y al que le gustan los temas relacionados con el sexo
Como bien sabréis, el color verde se identifica con aquello que todavía está sin madurar, pero antiguamente también se le daba el significado de ‘lozanía’, ‘juventud’ o ‘vitalidad’, por lo que un viejo verde era aquella persona que a pesar de haber llegado a la vejez todavía gozaba de buena salud, energía y vigorosidad. El adjetivo ‘verde’ en latín era ‘viridis’, utilizado para referirse al vigor , entre otras cosas de las plantas y los árboles llenos de savia.
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