Ser un tonto de capirote
Antes de ser usado por los penitentes que desfilan en las procesiones de Semana Santa, el capirote lo utilizó la Santa Inquisición para colocárselo (a modo de escarnio público) en la cabeza a todo aquel al que acusaba de algún delito, pecado o herejía. Esto provocaba que el ‘populacho’ hiciera burla del reo, llamándole entro otras cosas ‘tonto’.
Durante las primeras procesiones religiosas (en la Edad Media) era muy común que algunos de los penitentes que en ellas desfilaban fuesen los presos, quienes, arrepentidos de sus actos, querían arrepentirse de sus pecados, motivo por el que se incorporó esta pieza a este recorrido religioso.
Meter el dedo en la llaga
Durante las primeras procesiones religiosas (en la Edad Media) era muy común que algunos de los penitentes que en ellas desfilaban fuesen los presos, quienes, arrepentidos de sus actos, querían arrepentirse de sus pecados, motivo por el que se incorporó esta pieza a este recorrido religioso.
Meter el dedo en la llaga
Una llaga es una herida o una úlcera, así que “meter el dedo en la llaga” va a hacer referencia a hacer daño o causar dolor a alguien aunque no de forma literal sino más bien en sentido figurado, en insistir sobre un asunto o tema de forma que resulta muy doloroso para la persona con la que hablamos.
Supone señalar o insistir sobre algo de manera que el dolor o la preocupación aumentan. Jesús, ya resucitado, invitó a Tomás, que no podía creer que fuera verdad, a meter la mano en la llaga que tenía en el costado.
Llevar a alguien por la calle de la amargura
Supone señalar o insistir sobre algo de manera que el dolor o la preocupación aumentan. Jesús, ya resucitado, invitó a Tomás, que no podía creer que fuera verdad, a meter la mano en la llaga que tenía en el costado.
Llevar a alguien por la calle de la amargura
La calle de la amargura (hoy Vía Dolororsa, en Jerusalén) es la que recorrió Jesús camino del Calvario. ‘Traer a alguien por la calle de la amargura’ es provocar algo o alguien una situación de angustia o un disgusto prolongado.
No ser nada del otro jueves
No ser nada del otro jueves
La tradición católica marcaba que durante la Cuaresma y Semana Santa, los viernes debía llevarse a cabo lo que es conocido como ‘abstinencia’ y que consistía en no poder comer carne y ciertos alimentos durante esa jornada. Eso llevó a que, aquellos que se lo podían permitir, el día anterior (el jueves) comieran opíparamente.
Esto era muy común en el Jueves Santo, ya que al día siguiente no solo debía realizarse la abstinencia sino que también se tenía que hacer ayuno de cualquier alimento (estar todo el Viernes Santo sin comer, a excepción de pequeñas porciones de dulces que le aportaran energía.
Pero no todos los jueves podían realizarse un banquete de exquisiteces, habiendo algunos jueves en el que el menú no era mucho más abundante o sabroso que otros. De ahí que surgiera la expresión ‘No ser nada del otro jueves’, al no haber diferencia entre uno y otro día.
Estar hecho un Cristo
Esto era muy común en el Jueves Santo, ya que al día siguiente no solo debía realizarse la abstinencia sino que también se tenía que hacer ayuno de cualquier alimento (estar todo el Viernes Santo sin comer, a excepción de pequeñas porciones de dulces que le aportaran energía.
Pero no todos los jueves podían realizarse un banquete de exquisiteces, habiendo algunos jueves en el que el menú no era mucho más abundante o sabroso que otros. De ahí que surgiera la expresión ‘No ser nada del otro jueves’, al no haber diferencia entre uno y otro día.
Estar hecho un Cristo
Tras tener que cargar con la cruz y las heridas que le propinaron o la corona de espinas que le clavaron en la cabeza, el estado de Jesús antes de la crucifixión era lamentable, y esta expresión significa justamente eso: estar lleno de heridas o estar en un estado penoso.
Se puede utilizar tanto para personas como para cosas.
Más contento que unas pascuas
Se puede utilizar tanto para personas como para cosas.
Más contento que unas pascuas
El significado de esta expresión es estar feliz y satisfecho porque la Pascua, tanto para los judíos como para los cristianos, es sinónimo de fiesta, se celebra la huida de Egipto de los israelitas en busca de la tierra prometida.