lunes, 18 de marzo de 2019

Supersticiones-Cruzar los dedos y La herradura objeto de buena suerte

Cruzar los dedos


Un gesto que se hace de forma habitual si queremos que algo salga bien, para atraer buena suerte. Este gesto tiene miles de años

Tiene origen en el cristianismo, una costumbre que se basaba en que el símbolo de la cruz era un signo de unidad perfecta, los paganos hacían la cruz en forma de X con los dedos, pues creían que con ella podían atraer a los espíritus del bien y alejar a los fantasmas y malos espíritus,en su intersección era un buen lugar para la morada de espíritus benéficos, en la Europa precristiana este signo era popular en diversas culturas.


La cruz, antes de Cristo, siempre ha sido el símbolo de la perfección. Antes existía la costumbre de que dos personas entrelazaran sus dedos índices formando una cruz para expresar un buen deseo.


Cruzar los dedos también significaba una forma de desear suerte a otra persona. De ahí que surgieran las frases “cruza los dedos para darme suerte”.


La herradura objeto de buena suerte


Una de las supersticiones más extendidas es la que indica que tener una herradura colgada sobre la puerta de entrada de una casa la protege de la mala suerte, dotando al hogar con la fortuna y alejándolo de cualquier tipo de adversidad.

La superstición con más tradición es ponerla boca abajo para atraer suerte, y ponerla boca arriba, te dará protección.



Hay dos versiones que se han extendido sobre el origen de la buena suerte

El origen a esta creencia, tan arraigada popularmente, se la debemos a una antigua leyenda que surgió en el siglo X alrededor de San Dustan, quien, antes de ser nombrado Arzobispo de Canterbury y ser canonizado tras su fallecimiento, trabajó como herrero en Baltonsborough (suroeste de Inglaterra).

Dicha leyenda explicaba como se le apareció a Dustan una extraña criatura (mitad hombre mitad animal) que le solicitó que le pusiera un par de herraduras, descubriendo el herrero de que se trataba del mismísimo demonio y con gran habilidad se deshizo de él gracias a un ingenioso engaño, clavándole las herraduras de una manera muy dolorosa hasta conseguir que el diablo le suplicase clemencia.


Y la segunda versión

La herradura es considerada desde la antigüedad un poderoso amuleto capaz de traer fortuna y de ahuyentar los malos espíritus.
Los griegos hicieron las primeras herraduras, las cuales eran fabricadas con hierro, un elemento que ya entonces se creía que ahuyentaba el mal; y en forma de una luna de cuarto creciente, considerado desde los druidas un símbolo de fertilidad y fortuna. A todo ello, hay que añadir que para fijar una herradura a un caballo son necesarios siete clavos. 



El mágico número siete, cuya creencia perdura hasta nuestros días gracias a los babilonios y egipcios. Los romanos al ser muy supersticiosos continuaron con la práctica, que se extendió por todo el Imperio, y con ellos por toda Europa.





No hay comentarios:

Publicar un comentario