Detalles de obras que marcan la diferencia.
Arnold Böcklin: la vida pende de un hilo (o de una cuerda de violín)
Este inquietante autorretrato del pintor suizo Arnold Böcklin nos recuerda que la vida pende de un hilo (o una cuerda de violín) y esconde muchas más cosas de las que vemos a simple vista…
El pintor, Arnold Böcklin, sin duda está escuchando algo inquietante y sugerente en este «Autorretrato con la muerte tocando el violín».
No nos mira a nosotros, los espectadores, sino que lanza la mirada hacia el infinito (¿hacia la eternidad?), escuchando con atención…
Los dos cuadros abordan el tema de la muerte, pero este autorretrato nos recuerda que la vida pende de un hilo.
O, en este caso, de una sola cuerda. No es casualidad que la muerte toque un violín con una sola cuerda en lugar de las 4 que suele tener este instrumento.
Así, la muerte toma el relevo de las moiras, seres mitológicos que controlaban el metafórico hilo de la vida de cada ser humano desde el nacimiento hasta la muerte, y aún después en el Hades.
La única cuerda del violín podría romperse en cualquier momento, y la música/vida se detendría en seco.
De los 14 hijos que tuvo con su esposa italiana Ángela, ocho murieron en la infancia y la familia tuvo que huir dos veces de las garras de la muerte en forma de epidemias de cólera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario