jueves, 21 de noviembre de 2024

¿Por qué los cantos de las monedas no son lisos?. Diferencias de cerveza 0,0 y sin alcohol.

¿Por qué los cantos de las monedas no son lisos?















Diferentes tipos de cantos en monedas

Canto liso (plain edge)


Corresponde a un taller de Carlos V del año 1546. Ciudad Imperial de Kempten.

Un canto estriado oblícuo (grained left)


Corresponde a un patagón de Felipe V del año 1705. Amberes de Brabante

Un canto laureado (laureated)


Corresponde a real de 8 de Fernando VI del año 1752. Ceca de México

Un canto en cadeneta rectángulos y circunferencias.


Corresponde a real de 8 de Fernando VII del año 1809. Ceca de México.

Un canto epigrafiado con leyenda incusa.


Corresponde a 5 liras tipo duro de San Marino del año 1898. Ceca de Roma.

Un canto epigrafiado con leyenda en relieve.


Corresponde a 1 peso argentino (Patacón) de 1882.

Un canto acanalado o de "seguridad".


Corresponde a medio penique de Jorge III de Gran Bretaña de 1806.

Un canto epigrafiado de nuestros dias con leyenda incusa muy ligera.


Corresponde a 10 Euros conmemorativos de Alemania. Año 2008.

Y por último un canto mas moderno y muy común, el estriado simple.


Corresponde a 5.000 pesetas de plata, conmemorativa de España, año 1989.




CERVEZA



España produjo una cantidad de 41,1 millones de hectolitros de cerveza, una cifra que nos sitúa como el segundo país productor cervecero de Europa -solo por detrás de Alemania- y el noveno a nivel mundial. También en España bebemos mucha cerveza (42,3 millones de hectolitros), siendo esta la bebida fría más consumida


De este total, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, casi el 13% de la cerveza que consumimos los españoles pertenece a la variedad sin alcohol.

 ¿Por qué hay diferencias de cerveza 0,0 y sin alcohol?



Las cervezas sin alcohol sí llevan alcohol y qué significa que sean 0,0



Se considera ‘sin alcohol’ aquella cerveza cuya graduación alcohólica sea menor al 1 por 100 en volumen. Por ello, y aunque resulte paradójico, la cerveza sin alcohol lleva algo de alcohol, concretamente entre un 0,1 y un 0,9 % del volumen total (nada comparado con el habitual de las cervezas españolas, que suelen tener entre un 4 y un 6% en volumen). Nuestra legislación también acepta el término “bajo contenido en alcohol” para aquellas que tengan entre uno y tres grados.


 Sin embargo, con la definición de 
‘0,0′ existe cierto vacío legal. Legalmente, la categoría 0,0% no existe, no se encuentra descrita en esta normativa. La cerveza que menciona este porcentaje lo hace de forma voluntaria, informando así a sus consumidores sobre cuál es el contenido de alcohol del producto.


Pero esta cifra tampoco ha de tomarse al pie de la letra, pues lleva detrás una cuestión matemática oculta, un problema de decimales. La declaración del grado alcohólico que se puede leer en la etiqueta de las bebidas que tienen la obligación de incluirlo se debe hacer con un solo decimal. De esta manera, por redondeo, si tenemos dos decimales y el segundo es igual o superior a cinco, al primer decimal se le suma uno. Sin embargo, si el segundo decimal es menor a cinco, el número escrito en el etiquetado sería un redondeo de un 0,0 %. Así, podemos intuir que la cerveza 0,0 % contiene como máximo un 0,04% de alcohol. En el momento que posea un 0,05%, debería etiquetarse como un 0,1% por redondeo y no podría llevar esa denominación.




¿Es posible, en realidad, fabricar una cerveza completamente libre de alcohol?



Existen varios métodos por los que las empresas cerveceras consiguen crear una cerveza con porcentajes ínfimos de alcohol. 

 En este proceso de fermentación, las levaduras actúan sobre el mosto (compuesto por cereales y agua), transformando sus azúcares en alcohol y CO₂, al tiempo que se generan una gran variedad de compuestos, muchos de los cuales contribuyen a darle los aromas característicos tan populares de la cerveza.




El primer método: Consiste en controlar la cantidad de alcohol que se produce en la fermentación, para ello, se detiene el proceso o se realiza bajo una temperatura que evita que la levadura se desarrolle y, por lo tanto, produzca menos alcohol a partir de los azúcares de la cebada.

La segunda forma: Es reducir el porcentaje alcohólico es ‘a posteriori’. Con este método, se separa el alcohol de la cerveza que ya está elaborada, calentando la bebida hasta llevarla a la ebullición. Como el etanol, el alcohol presente en estas bebidas, se evapora a una temperatura menor que el agua, se evaporará antes.

Sin embargo, esta práctica tiene implicaciones organolépticas que derivan en sabores anómalos, empeorando el resultado de nuestra cerveza sin alcohol. Esto se debe a que el calor, a la vez que elimina el alcohol, también hace desaparecer compuestos volátiles responsables del sabor y el aroma. Por ello, en los procesos más modernos se recurre a otros métodos de extracción, sometiendo la cerveza a un vacío bajando la presión, lo que permite que el etanol se evapore a una temperatura todavía más baja (de entre 50 y 60 grados).

Resumen

Destilación al vacío : Se recupera el etanol del vapor generado a una temperatura menor a la del hervor.

Osmosis inversa: Se separa el etanol por medio de una membrana impermeable. Teniendo como objetivo, en ambos casos, eliminar el contenido de alcohol de la cerveza a menos del 0.5% de alcohol por volumen.

Se utilizan levaduras: Que no producen o producen niveles muy bajos de etanol (alcohol) durante la elaboración de cerveza. Los ingredientes son los mismos que los de la cerveza tradicional.

Una cerveza sin alcohol que, por fin, sabe a cerveza.

Al hacer cerveza sin alcohol, ya sea calentándola o minimizando la fermentación, se pierde el complejo aroma del lúpulo que tanto gusta a los amantes de este líquido dorado.




 Los científicos diseñaron una especie de levadura llamada ‘Saccharomyces cerevisiae’ para producir un grupo de moléculas llamadas monoterpenoides, que proporcionan el sabor a lúpulo. Una vez obtenidas, estas moléculas se agregan a la cerveza al final del proceso de elaboración para devolverle el sabor perdido durante la extracción de alcohol.




¡¡Salud!!




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