Dar la lata
Son muchas las versiones que circulan respecto de la procedencia del dicho, aunque todo induce a creer que proviene, por imitación, de los antiguos dichos dar la tabarra o dar la murga, con los que se daba a entender el fastidio ocasionado por alguien que golpea instrumentos de percusión tales como zambombas, palos y cencerros, para festejar las segundas nupcias de una viuda o de un viudo.
Posiblemente, al aparecer en el mercado la hoja de lata (luego, hojalata) como producto de uso común, los recipientes vacíos de ese material fueron incorporados al equipo sonoro de las "cencerradas". De manera que la expresión dar la lata, o sea, percutir sobre ella, no hizo más que extender el concepto tradicional de dar la murga.
También se ha documentado que la frase podría provenir de la ciudad de Málaga, en cuya cárcel los presos solían comprar una lata de mosto condimentado con sobras de vino, licores y aguardientes que al ser bebidos, provocaban en los detenidos una intensa borrachera y, como consecuencia, un deseo incontenible de hablar.
El uso popular, sin embargo, le ha adjudicado al dicho el significado de fastidio causado por cualquier inoportuna insistencia, aunque entre nosotros se lo aplica lisa y llanamente a quien posee la característica de hablar por demás.
Dársela con queso.
En la edad media, los vinos de la Mancha disfrutaban ya de merecida fama y eran muchos los taberneros y bodegueros de toda España que acudían a tierras manchegas para comprar buen caldo. Pero cuando, por lo que fuera, el vino que querían vender no era muy bueno o estaba picado, los hábiles bodegueros manchegos, daban a probar el vino acompañado de un trozo de queso curado. El fuerte sabor del queso disimulaba el picor del vino.
En la Antigüedad, la presencia de animales roedores constituía una amenaza para la salud de los habitantes de las grandes ciudades, debido a las enfermedades que transmitían. Por eso, era muy común escuchar la expresión armarla con queso, en referencia a las ratoneras o trampas para la caza de ratones, en cuyo mecanismo se colocaba un trozo de queso para así atraer a los roedores, golosos y reconocidos degustadores de ese producto lácteo.
Por analogía, el dicho dársela con queso pasó a usarse metafóricamente en el lenguaje coloquial, con el significado de cebo", "ardid" o "engaño" mediante el cual una persona atrae a otra para conseguir un fin perseguido, con lo que queda claro que esta expresión puede muy bien equivaler a caer en la trampa.
Dejarle en la estacada.
Abandonar a alguien, en una situación comprometida, que puede ser un negocio o un peligro grave.
El dicho proviene de la época en la que se llevaban a cabo, en unos terrenos circundados por "estacas"
sustituir estacada (cuyos significados son, entre otros, ‘obra hecha de estacas clavadas en la tierra para defensa, o para atajar un paso’ y ‘lugar señalado para un desafío’) por estocada (‘golpe que se tira de punta con la espada o el estoque’).
desafíos solemnes, torneos, justas y juegos en los que el participante perdía o moría en ellos.
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