Tirar los tejos
Este término lo empleamos para expresar la insinuación del interés que tenemos hacia alguien o la acción para mostrarlo; en una palabra más comúnmente usada: Ligar.
El origen de esta expresión proviene de un antiguo juego llamado el tejo, que consistía en tirar una piedra o trozo de teja, contra un palo de madera clavado en el suelo y cuyo objetivo era derribarlo.
El origen de esta expresión proviene de un antiguo juego llamado el tejo, que consistía en tirar una piedra o trozo de teja, contra un palo de madera clavado en el suelo y cuyo objetivo era derribarlo.
Este juego se solía organizar en plazas y parques donde los viandantes tenían la oportunidad de presenciarlo. Los chavales, aprovechando la afluencia de algunas chicas entre los espectadores, tiraban los tejos cerca de ellas para así entablar conversación y flirtear con ellas.
Otra de las teorías nos lleva a una tradición de los antiguos pueblos celtas, los cuales empleaban ramas de tejos y sus frutos (en este caso de los árboles llamados así) como elemento decorativo en las festividades. Parece ser que cuando los pretendientes tenían interés por alguna chica, colgaban dichas ramas en las puertas de sus casas.
Como tantas otras veces, con el tiempo, el significado inicial fue variando hasta adoptar el tratamiento que hoy en día se le da.
Como tantas otras veces, con el tiempo, el significado inicial fue variando hasta adoptar el tratamiento que hoy en día se le da.
Más vale maña que fuerza
Se utiliza de forma popular para indicar que con lógica, razonamiento, destreza e inteligencia se obtienen mejores resultados que utilizando solamente la fuerza. No solo se refiere a resultados, sino también es un dicho para indicar que es siempre mejor usar la cabeza que la fuerza.
Existe un origen erróneo en el que se explicaba que durante el Primer Sitio de Zaragoza las mujeres (con Agustina de Aragón a la cabeza) defendieron la Puerta del Carmen, acabando con la vida de 4312 soldados franceses y que, de ahí, surgió la expresión ‘Más vale maña que fuerza’
Existe un origen erróneo en el que se explicaba que durante el Primer Sitio de Zaragoza las mujeres (con Agustina de Aragón a la cabeza) defendieron la Puerta del Carmen, acabando con la vida de 4312 soldados franceses y que, de ahí, surgió la expresión ‘Más vale maña que fuerza’
Dice la leyenda, que Agustina, la maña, al ver que los franceses estaban preparándose para tomar la ciudad de Zaragoza, decide disparar un cañón, con la mecha de un artillero herido, por sobre las tropas francesas que entraban por las puertas ya indefensas, provocando la retirada de los franceses al sospechar de un contraataque o emboscada. Con la retirada, los aragoneses consiguieron ganar más tiempo y engrosar las defensas.
Nada tiene que ver el término ‘maña’ (referida a la destreza y habilidad) con el vocablo utilizado para llamar de un modo coloquial a las personas originarias de Aragón (maño, maña, mañico, mañica…).
Y el hecho de que es imposible que dicha expresión se originase por tal motivo está en que ya era conocida muchísimo tiempo antes.
Nada tiene que ver el término ‘maña’ (referida a la destreza y habilidad) con el vocablo utilizado para llamar de un modo coloquial a las personas originarias de Aragón (maño, maña, mañico, mañica…).
Y el hecho de que es imposible que dicha expresión se originase por tal motivo está en que ya era conocida muchísimo tiempo antes.
Sacar a alguien de quicio
Empleamos este uso para indicar que algo o alguien ha agotado nuestra paciencia y nos produce un estado de intranquilidad y exasperación considerable.
Un quicio es la “parte de las puertas o ventanas en que entra el espigón del quicial, y en el que se mueve y gira”, o lo que es lo mismo, un punto fundamental para que el elemento en cuestión (ya sea puerta o ventana) permanezca en su estado ideal, sin venirse abajo y girando cuando sea requerido.
Si se saca una puerta o una ventana del quicio, éstas, sin ese punto de apoyo, se vendrían abajo, por lo tanto "sacar de quicio" es una forma metafórica de asemejar ese hecho con la exasperación de una persona ante una situación determinada o sacarla de su estado de serenidad. Es algo que produce una sensación de desubicación con el consiguiente sentimiento de enfado e irritación.
Si se saca una puerta o una ventana del quicio, éstas, sin ese punto de apoyo, se vendrían abajo, por lo tanto "sacar de quicio" es una forma metafórica de asemejar ese hecho con la exasperación de una persona ante una situación determinada o sacarla de su estado de serenidad. Es algo que produce una sensación de desubicación con el consiguiente sentimiento de enfado e irritación.
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